Hasta hace unos años, poco se sabía sobre
lo prejudicial que es el sol para nuestra piel. La moda era tomar sol hasta lograr
un bronceado excesivo, los protectores solares no existían y, cuando comenzaron
a surgir, se los veia como completamente innecesarios.
A pesar de que los llamados de atención
que recibimos sobre el cuidado de la piel sean cada vez mayores, no parecemos
estar tomando real conciencia de lo dañino que puede ser el sol. Los rayos UV
atraviesan la piel y son capaces de quemarla y modificar el código genetico de
sus células de manera irreversible. La prueba inmediata del poder del sol son
el ardor y el enrojecimiento pero, a largo plazo, aparecen las manchas, arrugas
y los cánceres de piel.
La piel es el mayor órgano del cuerpo y
protege a todo el resto. Es importante que la tratemos con sumo cuidado, ya que
nos va a acompañar a lo largo de toda nuestra vida. Aquí les detallamos una
serie de consejos para mantenerla lo más sana posible:
- Utilizar la protección solar adecuada a nuestro tipo de piel durante todo el día, todos los días del año.
- Aplicar el protector 20 minutos antes de exponerse al sol para que nuestra piel pueda absorber sus ingredientes.
- Repetir la aplicación luego de varias horas al sol, baños de mar o pileta y excesiva transpiración.
- No exponerse al sol entre las 11 y las 15 hs. Los rayos son más fuertes en ese horario.
- Utilizar sobreros que cubran nuestro rostro.
- Aplicar Gel de Aloe Vera luego de varias horas al sol. Regenera las células, refresca, nutre y previene la descamación de la piel.
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