Comúnmente, y es lógico, a medida
que se acerca el verano nos dan ganas de vernos bronceados. Es que sí, estar un
poco “quemaditos“ nos hacer lucir más lindos, la ropa nos queda mejor y nos
vemos con más vida. Eso sí, siempre refiriéndonos a UN POCO. Recordemos que
ningún exceso es bueno y ver a alguien demasiado bronceado no suele gustar para
nada.
El problema principal no
radica en tomar algo de sol cada tanto, sino en la exposición excesiva y en la falta
de uso de un buen protector solar para filtrar los peores rayos UV y así
prevenir arrugas, lunares y hasta cánceres de piel. Es increíble cómo solemos
pensar en lo lindos que quedamos bronceados ahora y eludimos por completo el
hecho de que en un futuro, todo el sol que tomemos ahora nos va a pasar
factura.
La piel que tenemos es una y
nos va a acompañar a lo largo de toda nuestra vida. Esa simple razón debería
ser suficiente para llenarnos de ganas de protegerla y cuidarla siempre. ¿Qué
pasaría si tuviéramos una remera que sabemos que no se puede lavar ni planchar
porque sino se arruina? ¿No intentaríamos cuidarla todo lo posible, evitar que
se ensucie y tratarla con delicadeza? Lo mismo deberíamos hacer con nuestra
piel, cuidarla como la única e irremplazable que es.
Como rutina diaria, y
especialmente en verano, toda persona debería tener ciertos cuidados básicos a
la hora de tratar la piel del rostro y el cuerpo. Aparte de limpiar y tonificar
la cara, todos deberíamos:
- Usar protector solar. Es importante que el factor sea alto, especialmente en rostro ¡Usar SPF 7 no cuenta!
- Hidratar. Aplicar crema hidratante todos los días para mantener la piel elástica, nutrida y saludable. Te recomendamos nuestra Emulsión Corporal con 50% Aloe Vera Puro y Algas Marinas Orgánicas y nuestra Crema para Manos con 50% Aloe Vera Puro, Manteca de Karité y Vitamina E.
- Aplicar un gel post-solar en caso de ser necesario. Nuestro Gel para la Piel con 98% Aloe Vera Puro, alivia, refresca y evita la descamación.