jueves, 5 de julio de 2012

Aloe Vera contra la Dermatitis Atópica



La Dermatitis Atópica es una inflamación de algunas o todas las capas de la piel. Causa comezón, no es contagiosa y sus causas son algunas de las siguientes: radiaciones solares, infecciones y trastornos inmunológicos. 

Comúnmente afecta el interior de los codos, la parte de atrás de las rodillas y el rostro, pero puede afectar cualquier área del cuerpo. Puede desarrollarse a cualquier edad, generalmente temprana, y suele padecerse durante toda la vida. El número de brotes y su intensidad se va reduciendo con el paso de los años y puede pasarse de épocas sin brotes a otras con ellos más seguidos.

El rascado es frecuente y provoca la aparición de eczema, empeoramiento de las lesiones, enrojecimiento y sequedad de la piel.


¿Cómo tratarla?

Este tipo de pieles tiende a ser seca (porque el agua de la epidermis suele evaporarse), sensible a las agresiones externas y se irrita con mayor facilidad que las pieles normales o sin problemas.

Gracias a su capacidad para transportar nutrientes e hidratar en profundidad, el Aloe Vera se absorbe rápidamente obteniendo como resultado una piel humectada y sana. Además, sus polisacáridos ejercen un efecto “barrera” impidiendo la pérdida del agua natural de la piel.

El Aloe es muy apropiado para las pieles secas y delicadas por la acción de sus componentes antibióticos, antisépticos, antibacterianos, hidratantes y antihistamínicos. Estas propiedades, al favorecer la regeneración celular, convierten a esta planta en la ideal para curar las afecciones de la piel como la dermatitis atópica.

Te recomendamos aplicar Gel de Aloe Vera en la zona afectada. Repetir un mínimo de 3 veces al día hasta que la piel se desinflame y vuelva a su estado natural.


Otros tips:

  • Utilizar productos de higiene poco irritantes y que no contengan perfume.
  • Dentro de lo posible, evitar rascarse la piel.
  • Utilizar ropa y sábanas de tejidos naturales como algodón y lino y evitar las fibras sintéticas.
  • Evitar suavizantes de ropa.
  • Usar guantes para realizar tareas domésticas.
  • Tener cuidado con el polvo y evitar los objetos en los que se acumula mucho.
  • Bañarse con agua templada.
  • Ventilar bien la casa y regular la temperatura de la calefacción sin que pase de 20 grados.
  • Si se toma el sol, usar un protector solar adecuado para este tipo de pieles.

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