A menudo nos sucede que, cuando
aumentamos o disminuimos de peso muy repentinamente, comienzan a aparecer en
nuestro cuerpo una serie de rayitas casi paralelas llamadas estrías. Se deben a
un estiramiento de la piel, donde las fibras elásticas se rompen y la misma se
"rasga". No suelen ser dolorosas y en general se ubican en el
vientre, caderas, nalgas, piernas, muslos, brazos, espalda y senos.
Éstas pueden ser primero violáceas (la
dermis aún mantiene su riego sanguíneo), luego rojizas y finalmente blancas. Sólo
pueden ser tratadas, para minimizar sus efectos, cuando su color es violáceo.
No desaparecen completamente.
Existen 2 tipos de estrías:
- De distensión: Se observan a menudo en mujeres embarazadas, obesos que han perdido peso drásticamente y en patologías como el síndrome Nefrítico y Asciti.
- Purpúreas: Son de color violeta o rojo oscuro y son signo característico del Síndrome de Cushing, por la producción excesiva de cortisol o consumo prolongado de corticoides.
El Aloe Vera activa los fibroblastos y
el colágeno de la piel, otorgándole elasticidad, nutrición y firmeza. Se lo
debe aplicar tres veces al día en la zona deseada, para lograr resultados al
penetrar las tres capas de la piel.