Se acerca fin de año y, con él, los días de calor y los primeros contactos con el sol. Las exposiciones prolongadas sin el uso de protectores solares, llevan inevitablemente al enrojecimiento y posterior descamación de nuestra piel.
Para esos momentos de ardor e inflamación, el Aloe Vera es la mejor solución. Tiene propiedades analgésicas y antiinflamatorias que calman el dolor provocado por el enrojecimiento. Además, regenera las células y refresca la zona afectada. Se absorbe rápidamente y ayuda a mantener la suavidad y elasticidad de la piel.
En caso de quemaduras solares o de simplemente disfrutar por unos minutos del sol, es importante que nutramos nuestra piel para reparar los tejidos que hayan sido dañados. De esta manera, se prolonga el bronceado y se evita la descamación.
- Aplicar Gel de Aloe Vera en cualquier parte del cuerpo y rostro.
- Aplicar Crema Hidratante con Aloe Vera, vitamina E y cera de abeja en cuerpo y manos.
El resultado será una piel suave, hidratada y saludable.
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